Soy estudiante de segundo curso y, por regla general, las clases de civismo no me atraen. Sin embargo, gracias a Citizen, algo cambió. La idea de reflexionar sobre temas de actualidad muy relevantes en nuestra sociedad como la sostenibilidad y la inclusión a través del juego me estimuló a implicarme y participar activamente en la lección.

Cuando mi hijo llegó a casa después del colegio estaba muy emocionado y le pedí que me contara lo que había pasado.

Me dijo que durante la clase de educación cívica el profesor había decidido dejarles jugar a un juego de mesa llamado Citizen, que hacía preguntas sobre sostenibilidad e inclusión.

Sinceramente, no podía creer lo que había oído: utilizar un juego de mesa durante la clase, lo que, en mi opinión, no es la forma correcta de enseñar a unos niños que pasan la mayor parte del tiempo jugando con el móvil.